“La sombra solo puede mostrarse a través del otro”

Seguro que ya has comprobado que el viaje del héroe no es lineal, y a veces, se vuelve pesado y duro.

El camino que tenemos que recorrer para superar los obstáculos personales y conseguir una vida más armónica puede sentirse frustrante, incluso habrá momentos donde queramos tirar la toalla. En mi  camino hasta ahora, he podido sentir varias caídas, noches oscuras del alma (de estas muchíiiisimas), toma de decisiones difíciles, e incluso, a veces parece que vuelves a la casilla de salida una y otra vez. Y eso es de alguna manera la historia que el viaje del héroe representa.

Nuestra esencia interna como seres humanos es común y esta esencia ha sido  experimentado por otros seres humanos mucho antes que nosotros. Personas que se han visto en dificultades y situaciones complejas, y han tenido que aprender, transitar y desarrollar habilidades, fortalezas y un entendimiento superior para poder seguir viviendo con armonía y paz. Esto es lo que representa en última instancia el viaje del héroe, una serie de ciclos, que se pueden repetir, para seguir aprendiendo de nosotros mismos. Esto nos ayuda a desarrollar la destreza interna para vivir en armonía y poder ofrecer lo mejor de nosotros al mundo.

Por ejemplo, el rechazo de la llamada puede ser una gran resistencia a cosas como: cambiar de trabajo, dejar el lugar donde vives, enfadarte una y otra vez con tu padre porque no te entiende, o, repetir una y mil veces la misma decisión que te lleva a la frustración o la culpa una y otra vez, Toda experiencia está mostrando un karma, una acción no resuelta que te hace actuar una y otra vez de la misma manera. Esto puede llevar a la frustración, a la rabia o el enojo con una misma,

Y aquí está la gracia del cuento. Nada cambiará si nada cambia, y claro, esto necesita tiempo, a veces ayuda, un empujón de alguien para poder sentirnos sostenidos y confiados, o lo que es lo mismo, sentir confianza en nosotras y en la vida. Y te preguntarás, sí muy bien pero, ¿cómo se hace eso? Pues siento no poder darte una respuesta que solucione toda tu situación. Pero espero que puedas calmar tu alma, o que te sientas menos sola, al compartir mi camino contigo. A veces, escuchar o leer a otras persona, nos ayuda a poner en palabra aquello que nosotros no podemos poner todavía por toda la confusión mental que transitamos.

Siguiendo con la historia personal que os venía contando, cada vez más, la identidad que me había puesto, aquello que pensaba que era, se iba disolviendo poco a poco. No entendía mucha de la tristeza y desánimo que a veces sentía. Intentaba darle una explicación: “Claro Valvi, desde que murió tu madre solo has tenido cambios y más cambios, te has mudado de ciudad varias veces, has terminado una relación, estás intentando restablecerte físicamente, no encuentras una estabilidad económica…” y todo eso era verdad. Sin embargo, también había otras cuestiones más profundas, emociones de vacío, preguntas existenciales como ¿para qué estoy en este mundo?… en parte porque sin darme cuenta, iba rompiendo estructuras mentales que me estaban atando a una identidad que ya no era. Constantemente tenía aprendizajes internos que eran casi imposible verbalizarlos en palabra, a veces no podía gestionar todas las emociones que mi cuerpo generaba. El personaje que me había creado estaba desapareciendo, otras veces volvía con fuerza, había resistencia a dejar atrás aspectos de mi que ya no necesitaba y no me ayudaban a avanazar en el camino.

Como ves se ha producido hasta ahora, lo que Joseph Campell denomina la etapa de SEPARACIÓN los diferentes momentos que hacen que nos cuestionemos aquello que creíamos que era (ese llamado a la aventura, que no tiene que ser un hecho considerado catártico, puede ser por ejemplo, esa primera vez que sales de tu hogar para irte a vivir fuera cuando comienzas la universidad); a esto le ha seguido la etapa del rechazo (todos esos momentos en los que no podemos ver nuestro conflicto interno y luchamos con él una y otra vez. Puede ser rechazar un dolor, una situación, un cambio importante en tu nivel de salud, una pérdida…); y en algún momento siempre aparece una ayuda, un mentor, una nueva situación que nos impulsa (una oportunidad que nos presenta la vida, una amistad que nos ayuda, una pareja que nos llena de amor y abre esperanzas ante nosotros). Esta última etapa, puede no ser siempre positiva, pues un maestro, puede ser también esa persona que nos pone delante todo aquello que no podemos ver de nosotras. Esto es necesario que salga a la luz y para eso necesitamos  ir hacia dentro y poder verlo, solo así, podemos tomar una decisión consciente en favor de nuestro bienestar.

La SEPARACIÓN (o el momento de inicio de tu viaje al autoconocimiento) se considera que se cierra con otras dos etapas más; el cruce del umbral y lo que se conoce como el vientre de la ballena, o el punto de no retorno.

En el cruce del umbral, y según lo vivo yo, aceptas de una jodida vez que tu camino no es el que quizás otros quieren, y tienes que empezar a asumir, a ser consciente de lo que solo tú y tu alma quieren para ser feliz y vivir en armonía. En ese momento, puede que cruces el charco, que decidas con todas tus fuerzas que ahora quieres dar cada paso con mayor consciencia, y es ahí, cuando tomada la decisión no hay vuelta atrás. Has asumido tu responsabilidad, y ahora comienza la “INICIACIÓN”. Otro periodo  donde posiblemente, las tentaciones, las caídas y el dolor harán que quieras volver una y otra vez a tu zona de confort (sea cuál sea).

Es momento de seguir caminando aun sabiendo que el recorrido será largo, a veces tendrá cuestas y otras será maravilloso, pero recuerda que ahora ya no estás sola. Dentro de ti has ido desarrollando sabiduría, no lo olvides. Esta no se puede desvanecer, recuerda llamarla en los momentos más bajos que tengas.