Un poco de AUTOAMOR

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El viaje del héroe


“El inicio del viaje ya ha comenzado ahora falta poner consciencia para no perdernos”


Me gustaría comenzar este blog contándote un poco las diferentes etapas que me han llevado hasta aquí. Voy a comenzar contando mi experiencia personal utilizando la metáfora del viaje del héroe. Para quien no lo conozca El viaje del héroe es un libro escrito por Joseph Campbell. En este libro se describen las diferentes etapas de vida por las que cualquier ser humano debe pasar hasta conseguir la felicidad. Siguiendo otras tradiciones como la filosofía yóguica, se podría traducir cómo el camino que una persona transita desde que nace hasta que llega a su estado más alto de virtud o dicha interna, pero, ¿qué hacemos para conseguir este estado?

Voy a contaros mi camino, un viaje interior de aprendizaje, que espero que pueda resonar con el tuyo propio. En este capítulo os contaré algunas pinceladas de la primera etapa. Los 12 pasos en los que Joseph Campell resume el viaje del héroe son:

  1. Mundo ordinario

  2. Llamada a la aventura

  3. Rechazo de la llamada

  4. Encuentro con el mentor

  5. Cruzando el umbral

  6. Pruebas, aliados y enemigos

  7. Acercamiento a la cueva más profunda

  8. La gran prueba

  9. Recompensa

  10. El camino de vuelta

  11. Resurrección

  12. Regreso con el elixir

1. MUNDO ORINARIO

Según este autor, esta primera etapa está envuelta por la vida rutinaria y habitual de la persona. En mi caso nací en un pueblo pequeño de Extremadura en un entorno familiar sencillo y humilde. Mis padres trabajaron duro para ofrecernos a mi hermano y a mi la vida que ellos no pudieron tener. Educada en un ambiente tradicional de valores donde el esfuerzo, el sacrificio y el cuidado de la familia eran muy importante. Pasé gran parte de mi infancia en casa de mis abuelos. Hasta ahora nada de sobresaltos, todo “normal”, mientras tanto sin saberlo me iba llenando de condicionantes, miedos y obligaciones, en ocasiones, muy a mi pesar.

Durante mi adolescencia el deporte y mis amigas fueron pilares importantísimos, tanto que a día de hoy, estas personas, siguen formando parte de mi vida aunque de manera diferente. Recuerdo mi etapa hasta la universidad de manera amable y muy feliz. Aun así, de alguna manera siento que en muchas ocasiones me sentía diferente (posiblemente nos pasa a todos). Sentía que tenía una sensibilidad especial para analizar las situaciones externas, para ponerme en el lugar del otro o preocuparme por causas sociales y políticas. Eso me llevó siempre a salirme un poco del “grupo”, a llevar la contraria o a no pensar igual que los demás. Ahora, mirándolo con perspectiva, es algo de lo que me siento orgullosa, pues mi personalidad me permitió poder seguir un poco más mi camino, aun así,  me sentía muy condicionada por la sociedad y lo que se esperaba de mí.

Tras el instituto pasé a la universidad. Era buena estudiante, y además, ¿qué otra cosa iba a hacer si no?, pues parecía que en mi entorno no existía otra alternativa. Decidí estudiar Historia del Arte, tuve una especie de intuición, pues pensaba que esto me acercaría inconscientemente a la creatividad, a conocer un mundo más sensible y emocional,  y esto significaba para mi poder entender al ser humano un poco más. 

@ellyendeavours

Esta fue otra de esas etapa que recuerdo con gran cariño. Un mundo de posibilidades se habría ante mí, personas con intereses parecidos, vivir fuera de casa… Podríamos decir que hasta aquí todo transcurrió sin sobresaltos, más allá de las circunstancias familiares y personales de cada uno. Yo vivía en mi burbuja de ideas, familias, amigos y el entorno social establecido. Si ahora lo pienso, creo que vivía con cierta inconsciencia (aún cuestionándome mucha de las cosas que pasaban a mi alrededor).

Si visualizáramos una película puedes imaginarte la típica escena de; suena el despertador y te levantas en un nuevo día; te cuesta salir de la cama porque quieres seguir durmiendo; vas al trabajo o a estudiar; vuelves a casa; bronca con tus padres; salir de fiesta…. y vuelta a empezar. Claro que al final, la única manera que tenemos de aprender es viviendo, experimentando, y todo lo que te cuento es parte de mi vida. Qué absurdo decir ahora, ¡qué inconsciente era!, ¡Si lo hubiera sabido antes…! Pues al final de esto va el cuento, de aprender, de reconocer y de ser inconsciente para poder ser consciente.

Y ahora, llega el momento de lo que Joseph Campbell describe como la llamada a la aventura. Esto prefiero contártelo en el próximo capítulo pues este se está haciendo largo. Nos vemos en el siguiente, y a seguir caminando juntas.