Entendiendo las fuentes del estrés y la ansiedad
ESCRITURA TERAPÉUTICA COMO HERRAMIENTA DE EXPLORACIÓN
Bienvenid@:
El mes de septiembre está dedicado a explorar el estrés y la ansiedad. La semana pasada te contaba de manera breve las diferencias entre estrés y ansiedad, y mi propia experiencia personal con estas palabras. Pues leer aquí.
Seguimos explorando la oportunidad que nos brinda el estrés y la ansiedad en el camino del autoconocimiento. Cuando vives constantemente en un estado de alerta, y entiendes que el peligro no es real, necesitas bajar revoluciones al cuerpo y la mente, para hacerle entender que la vida es más segura de lo que parece.
Hoy indagamos en los factores que pueden desencadenar respuestas estresantes, y la importancia de identificarlos para poder calmar las respuestas que nos genera.
Las causas ocultas del estrés
¿Recuerdas el primer día de colegio? Había pasado el verano, los momentos de juego, disfrute y poca responsabilidad comenzaban a terminarse, y tocaba volver a la rutina del colegio. Puede que el día anterior sintieras nerviosismo, porque la ilusión, la curiosidad y las ganas de vivir experiencias corrieran por tus venas, o también, puede que el día antes, estuvieras nervioso porque tenías miedo de no saber quiénes iban a ser tus compañeros o si ibas a hacer nuevos amigos. Entonces lo desconocido era más angustiante que motivador.
Las dos opciones son válidas, y generan respuestas en el cuerpo. Una genera un estrés más adaptativo que otra. Podríamos decir que para una persona que vivía la vuelta al cole con emociones agradables, su cuerpo reaccionaría de una manera que le permitía vivir la situación desde la apertura y la curiosidad. Para la persona que lo vivía con miedo, generaría un estrés continuado en el tiempo, que con suerte se le calmaría al llegar al colegio, siempre y cuando allí se sintiera seguro. De no ser así, el este estrés sería permanente y sus reacciones y su cuerpo tendrías respuestas diferentes.
Puesto ahora, en la vida adulta, piensa en ir al trabajo. ¿Cómo vives el día antes de tener que ir a trabajar? ¿Qué emociones, sensaciones y pensamientos te genera pensar en ir a trabajar? Hay multitud de causas que sin darnos cuenta nos generan estrés. Hacer un informe para el jefe, entregar un trabajo, llevar a nuestros hijos al colegio corriendo porque llegamos tarde, correr por las mañanas porque llegamos tarde al trabajo…
Estamos constantemente somentiendo a nuestro cuerpo a multitud de factores, reales o de pensamientos, que someten a nuestro cuerpo a cambios fisiológicos. En otras palabras, estamos constatemente activando nuestro sistema nervioso, y esto es normal, lo necesitamos y nos puede ayudar o salvar en multitud de ocasiones. Ahora bien, todas las causas cotidianas que nos pueden generar estrés, corren el riesgo de mantenerse en el tiempo, si no identificamos y autorregulamos al cuerpo para hacerle entender que una vez ha hecho su función, ya no lo necesitamos.
Existen además factores que podíamos llamarlos ocultos, o factores del inconsciente que nos activan el sistema nervioso casi sin darnos cuenta. Todo lo que vemos, oímos o comemos nos produce una serie de reacciones, conscientes o incoscientes. Puedes estar en un lugar como el trabajo, y una situación nomral como una reunión, puede generar en tí un miedo irracional que no sabes de donde viene; sería algo así como “me están tirando a la jaula de los leones y voy a ser devorado”. Está claro que conscientemente no piensas eso, pero es la misma sensación la que tu cuerpo y tu mente tienen sobre la situación. Entender qué ha desencadenado el miedo irracional en nosotros es el primer paso para poder procesar la información.
El pensamiento y nuestras creencias pueden jugarnos una mala pasada si no atendemos e identificamos aquello que nos hace reaccionar desde el miedo en nuestro entorno, cuando el peligro no es real, entendido el peligro como una cuestión de poner en riesgo nuestra vida.
IDENTIFICAR EL ESTRÉS EN LA VIDA COTIDIANA:
¿Te has parado alguna vez a identificar cuándo tu cuerpo genera nerviosismo en el día a día? Te propongo utilizar una herramienta sencilla y fácil de implementar en tu día a día; la escritura terapéutica.
Utilizar la escritura con la finalidad de explorarnos, conocernos e identificar cuáles son las partes de nosotros que actúan, viven y sienten desde el miedo, para poder darles la luz y la claridad que necesitan para ser integradas.
Guía práctica para explorar el estrés
Identifica un episodio del día que haya generado estrés en tu cuerpo (una discusión, levantarte para ir a trabajar, un pensamiento recurrente, algo incómodo para ti que ha podido generar emociones como miedo o vergüenza)
Describe la situación: dónde estabas, con quién, qué había a tu alrededor, qué pensabas…
Identifica cómo reacciona tu cuerpo y tu mente (analiza tu comportamiento): has podido reaccionar desde la huida (evitando o intentado esconderte, pasar desapercibida) , el ataque (intentar defenderte), o el bloqueo. ¿Podrías identificar algún pensamiento que tuviste?
¿Has podido identificar cómo reacciona el cuerpo a nivel fisiológico?: sudor, nerviosisimo, frío….
Identifica en qué parte del cuerpo lo has sentido
Integrar el estrés: ahora piensa, ¿qué necesitas para calmar a tu cuerpo? ¿Cómo podías darle seguridad, sostén… ? Puedes crear un hábito saludable (cocinarte algo rico, darte un baño caliente…) , repetir un mantra que te ayude a sentir que estás a salvo, buscar un espacio seguro donde compartir tu malestar….
Espero que esta pequeña práctica te ayude a identificar los detonantes que diariamente nos pueden generar estrés, y recuerda que la escritura es una herramienta sencilla para explorarnos e indagar en nuestro autoconocimiento.
Comparte cómo te ha resultado esta práctica en los comentarios
TE LEO
Valvi